Palabras y ceniza
Me preocupa en exceso, primero como ávido lector de poesía
y luego como poeta, el vertiginoso discurrir de las novedades editoriales en el
actual panorama español. Cada vez que visito una librería, asisto asombrado a
cómo las montañas de libros recién editados por las más diversas editoriales,
desde los gigantes del mundo editorial, hasta la más pequeña editorial
independiente, de los más diversos géneros y temáticas, se apilan esperando un
lector. Un libro tiene una vida media en nuestros días de aproximadamente seis
meses. Pasado ese plazo es fagocitado por los nuevos libros que son editados,
por la siempre hambrienta sección de novedades.
Y me pregunto, si en esa orgía de nuevos títulos, cuántos
libros buenos, muy buenos o excepcionales no pasarán desapercibidos al posible
lector debido a la capacidad que tiene el mercado editorial de generar título
tras título. Esa es la razón del nacimiento de Palabras y ceniza. Rescatar
todos aquellos libros de gran valor, que por una u otra razón, pasaron
inadvertidos para los lectores o fueron injustamente relegados por la crítica y
las publicaciones especializadas. No creo que un libro, publicado por ejemplo,
en 2014, deba ser olvidado injustamente, o apenas leído, que al fin y al cabo,
la belleza pase desapercibida. Palabras y
ceniza lleva como apostilla la de crítica
de poesía. ¿ Y por qué única y exclusivamente poesía? La respuesta podría
ser porque es tal vez la más alta y noble de las expresiones literarias.
También tendrán cabida ensayos relacionados con la materia poética y biografías
de poetas. Porque, como afirmó José Luis Parra, aspiramos a que un solo verso
fuera tal vez capaz de ennoblecernos.
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